
Noticias Argentinas difundió que la Casa de la Moneda de Estados Unidos puso fin a la producción de las monedas de un centavo, conocidas como pennies, que estuvieron en circulación durante más de dos siglos.
Durante un evento ceremonial en la sede de la Casa de la Moneda de Filadelfia, el tesorero de los Estados Unidos, Brandon Beach, acuñó las últimas monedas de un centavo destinadas a la circulación, marcando así el final oficial de 232 años de producción continua.
La directora interina de la Casa de la Moneda, Kristie McNally, destacó que la institución celebró más de dos siglos de historia y que, aunque la producción llegue a su fin, el legado del penny seguirá vigente. Señaló que, a medida que evoluciona el uso del dinero en el comercio, la moneda de un centavo mantendrá su valor simbólico dentro de la historia económica y cultural del país.
El aumento de los costos de producción y los cambios en los hábitos de consumo hicieron que la fabricación del centavo se volviera insostenible. Según datos oficiales, el costo de producir cada moneda pasó de 1,42 centavos hace una década a 3,69 centavos actuales, superando ampliamente su valor nominal.
A comienzos de este año, el presidente Donald Trump ordenó al Departamento del Tesoro detener la acuñación “derrochadora” de los centavos, calificando la producción como un gasto innecesario para el Estado.
La suspensión permitirá un ahorro estimado de 56 millones de dólares anuales, de acuerdo con lo expresado por el tesorero Beach durante la ceremonia.
El centavo estadounidense fue emitido por primera vez en 1793, un año después de la promulgación de la Ley de Acuñación de Monedas. Aunque su fabricación para circulación ha cesado, la moneda seguirá siendo de curso legal.
Actualmente, se calcula que existen unos 300 mil millones de centavos en circulación, cifra que la Casa de la Moneda considera “muy por encima de la cantidad necesaria para el comercio cotidiano”.
La institución también confirmó que continuará produciendo versiones numismáticas del centavo, en ediciones limitadas, con fines históricos y de colección, preservando así una tradición que acompañó a la historia de Estados Unidos durante más de dos siglos.